Teoría Materialista
Al comparar la teoría materialista
con las leyes conocidas del Universo, descubrimos
que la continuidad de la fuerza está
bien establecida, como la continuidad de la
materia, y ambas están más allá
de toda necesidad de dilucidación.
También sabemos que la fuerza y la
materia son inseparables en el mundo físico.
Esto es contrario a la teoría materialista,
que sostiene que la mente muere al ocurrir
la muerte. Si nada puede ser destruido, debe
incluirse también a la mente. Además,
sabemos que la mente es superior a la materia,
puesto que modifica el rostro, convirtiéndolo
en un espejo de la mentalidad. Hemos descubierto,
además, que las partículas de
nuestros cuerpos cambian constantemente; que
por lo menos cada siete años cambia
cada átomo de los que se componen aquéllos.
Si la teoría materialista fuera cierta,
la conciencia debiera sufrir también
un cambio completo, sin conservar memoria
de lo anterior; entonces, en un momento determinado,
ningún hombre podría recordar
más que los sucesos vividos en los
últimos siete años. Y sabemos
que no es ése el caso. Recordamos los
sucesos de nuestra infancia. Muchos incidentes
triviales, completamente olvidados en la conciencia
ordinaria, han sido de nuevo recordados claramente
por personas que estaban a punto de morir
ahogadas y que luego han relatado esa experiencia.
Experiencias similares en estado de trance
son también muy comunes. El materialismo
no puede explicar estas fases de sub y supraconciencia.
Las ignora sencillamente. En el grado actual
de investigación científica,
en el cual los resultados han establecido,
más allá de toda duda, la existencia
de estos fenómenos, tratar de ignorarlos
es un serio inconveniente para poder resolver
el grandioso problema de la vida, la Vida
misma.Podemos, pues, pasar con tranquilidad de la teoría materialista a la siguiente, en el mismo orden, por ser la primera completamente inadecuada para resolver el misterio de la vida y de la muerte.
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